La infidelidad de uno o ambas miembros de la pareja suele ser una de los principales motivos de separación o divorcio. Sin embargo, no tiene porqué ser el fin de la relación para todas las parejas. Es muy importante darse una oportunidad y realizar una terapia de pareja para trabajar la desconfianza y esa herida en la pareja.

La angustia es la emoción que suele invadirnos al enterarnos de una infidelidad, pero ¿Qué podemos hacer después del primer golpe? ¿Deberíamos separarnos? ¿Pudimos haberlo prevenido? ¿Por qué nos pasó a nosotros? ¿Podemos salvar nuestra relación? ¿Terminaremos peor que como estábamos o saldremos fortalecidos como pareja? Estas y otras interrogantes surgen en una terapia de pareja y en el camino a la reconstrucción.

 No solo el engañado es víctima de esta situación. La persona que es infiel suele tener un motivo para serlo, ya sea porque se siente abandonado por parte de su pareja, por asuntos personales (o incluso por venganza).

Un buen trabajo en equipo podría salvar la relación y generar un vínculo más maduro entre la pareja.

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