Una familia ensamblada es una familia en la cual uno o ambos miembros de la actual pareja tiene uno o varios hijos de uniones anteriores. Dentro de esta categoría entran tanto las segundas parejas de viudos como de divorciados y de madres solteras.
La falta de información adecuada hace que muchas parejas ensambladas, se creen falsas expectativas acerca de cómo será la vida en su nueva familia y adoptan conductas que se corresponden más a una familia integrada por padres e hijos, que a una familia donde hay un padrastro o una madrastra o ambos, un padre biológico en otro hogar o en la memoria, niños que circulan entre dos hogares, hermanastros, medios hermanos y de hecho, toda una constelación familiar diferente.Las relaciones, en las familias ensambladas, no se dan espontáneamente como ocurre en las familias tradicionales, sino que requieren un esfuerzo de voluntad.He aquí, algunas de las tareas que deberán realizar para alcanzar la integración de sus miembros:
- afrontar las pérdidas y los cambios.
- aprender a identificar los sentimientos que los acompañan y permitir su expresión.
- negociar las diferentes necesidades de sus miembros.
- lograr acuerdosponer lentamente las nuevas reglas y costumbres.
Los padrastros y madrastras asumen lentamente el rol disciplinario, a medida que se consolida la relación con sus hijastros.Mantener una relación «civilizada» y cooperativa con el otro hogar de los chicos respecto al cuidado de los mismos es fundamental, así como evitar criticar al otro progenitor delante de los chicos.También se hace necesario fortalecer la relación de pareja y planificar momentos a solas para alimentar la relación.Es importante darse tiempo para consolidar las nuevas relaciones familiares y desarrollar «relaciones de a dos»: cada progenitor con cada hijo, y el padrastro o madrastra con cada hijastro.
Todo el proceso de integración de la familia ensamblada lleva de 4 a 7 años y es más sencillo cuando hay niños pequeños. Los dos primeros son los más difíciles, luego a medida que se adquieren habilidades, es más sencillo. Los adolescentes, debido a que transitan por una etapa de su desarrollo evolutivo que implica el comienzo de su independencia, pueden no integrarse nunca, si bien, esto no es un impedimento para que establezcan buenas relaciones con los nuevos miembros de la familia. Las familias ensambladas «exitosas» están satisfechas y contentas; sienten que alcanzar la estabilidad les demandó tiempo y esfuerzo, pero se sienten recompensadas. Sus miembros han aprendido a negociar, a ser tolerantes con las diferencias, flexibles y creativos. Los chicos tienen en el hogar un modelo de pareja que se ama y se brinda cuidados mutuos. Para todos es una segunda oportunidad.
Si no siente que esto suceda de esta manera en su hogar, es importante consultar a un especialista y realizar una intervención familiar.