Las peleas entre hermanos son normales, pero se vuelven complejas cuando las peleas son muy frecuentes y se convierten en incontrolables. Los conflictos van variando con las distintas edades de los niños. Cuando son pequeños las mayores peleas son por recibir la atención de los padres o quien tiene el mejor juguete.
Las peleas en la adolescencia son diferentes y pueden ser por identidad, rivalidades, lucha de poder etc.En la adultos los conflictos se vuelven aún más difíciles y pueden ser por ideologías distintas, problemas económicos o herencias.
En terapia analizamos los conflictos y establecemos objetivos según la edad de los hermanos y le otorgamos a las padres herramientas para que puedan intervenir en estas peleas cuidando de no tomar partido con ninguno de sus hijos