La pandemia ha traído una serie de consecuencias que van mucho más allá de la enfermedad en sí. Las cuarentenas, la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y el aislamiento social, entre otros factores, han afectado la salud mental de la población. “Así lo evidencian encuestas y estudios nacionales e internacionales. Como consecuencia de esto ha existido un aumento en la demanda por consultas de salud mental”, describe Mario Navarro, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.
El experto detalla que el uso de los medicamentos psicotrópicos de ha disparado desde el año 2020 en adelante. “Los ansiolíticos más utilizados son las benzodiazepinas, como alprazolam, clonazepam y diazepam. El consumo de estos fármacos puede causar somnolencia, pérdida del control fino de los movimientos y aumentar el riesgo de caídas y accidentes de tránsito, efectos que se pueden potenciar al combinarlos con otros fármacos o con alcohol. Además, las benzodiazepinas tienen el potencial de causar dependencia”.
En paralelo a la sobredemanda de los medicamentos, hay una vida después de la pandemia que se diferencia mucho de la vida que teníamos antes. Las personas están más propensos a padecer ansiedad o sentir angustia. Hay más preocupación en el ambiente y personas más irritables. La incertidumbre se ha acrecentado y en muchos ha crecido una sensación de desesperanza. Eso se debe a múltiples otras dificultades a la que se ve expuesto nuestro mundo: guerras, sequías, problemas políticos e inseguridad social y criminal. Vivimos una vida compleja y es por esto que debemos adquirir hábitos de vida que nos ayuden a sobrellevar esta época de mejor forma. Para eso es muy necesario considerar las siguientes recomendaciones:
- – Definamos momentos de ocio durante la semana. Un momento para uno mismo es sumamente necesario en estas épocas más estresantes: Leer un buen libro, ver una serie o simplemente dormirse temprano son como un bálsamo para el alma.
- – Preocupémonos de establecer hábitos saludables, como un deporte, una alimentación sana y dormirnos en un horario adecuado nos hace sentirnos bien.
- – Tengamos rutinas de vida, eso nos brinda una sensación de bienestar y tranquilidad.
– Cuidemos nuestros amigos y alejémonos de las personas que no nos hacen sentir cómodos.
- – Cuidemos nuestras redes sociales. Hay mucha información que no es correcta o que no nos hace sentir bien leerla. Eliminemos las cuentas que no nos aportan nada.
- – Adquiramos hábitos de meditación y incluyamos herramientas de vida como el mindfulness a nuestra rutina diaria.
- – Trabajemos en nosotros mismos. Conozcámonos más y aprendamos a querernos por sobre todas las cosas.